Conscientes de la crisis climática, grandes representantes del sector público y privado en el mundo se mantienen en la carrera de aplicar medidas que contribuyan al bienestar del medio ambiente.
Uso de energías renovables, ahorro de agua, tratamiento de desechos y reforestación son algunas de las prácticas que usualmente se aplican, y a la cual se pueden sumar nuevas estrategias que ayuden a reducir el impacto ambiental, tales como el Green IT o informática sostenible.
Las tecnológicas tratan, cada vez más, de contribuir a reducir el impacto provocado por la tecnología y sus operaciones sumándose al denominado Green IT, un conjunto de buenas prácticas y metodologías que tienen como objetivo principal usar de manera eficiente los recursos e infraestructuras IT, reduciendo el consumo de energía y, por tanto, la huella de carbono.
Estas políticas han cobrado mayor importancia en los últimos meses, como consecuencia del efecto de la crisis del COVID-19 a nivel global y que ha provocado la migración a gran escala a los servicios digitales para poder mantener en remoto la fuerza laboral y la actividad empresarial. A su vez, esto ha generado un altísimo nivel de intercambio de datos y uso de Internet, que no ha cesado de crecer, y que podría suponer un coste demasiado alto, desde el punto de vista sostenible, para el planeta en un futuro próximo.
Movimientos como la programación verde o el Green Computing, que busca abordar la industria TI desde una óptica respetuosa con el entorno en cuanto al diseño, desarrollo, implementación, uso y desecho de la infraestructura TI podrían ser una salida para obtener un nulo o bajo impacto ambiental. Empresas como Microsoft ya han optado por iniciativas en este sentido, como la puesta en marcha en sus data center, donde prácticamente la mitad de la energía proviene ya de fuentes de energías renovables.
Hay numerosos proyectos que han impulsado mejoras en este sentido, desde en la fabricación de componentes, en cuanto al diseño ecológico de software, la compilación Just-In-Time o para la optimización de código, donde los programadores tienen mucho que aportar. ¿Cómo? Procurando una buena velocidad de ejecución y reducción del código, tanto en longitud como en uso de memoria, para realizar un código fuente eficiente energéticamente, que debe ser simple, fácil de interpretar y de mantener. También, mediante la implementación y uso de políticas y herramientas que permitan su optimización y estandarización.
Los objetivos de la informática verde son reducir el uso de materiales peligrosos, maximizar la eficiencia energética durante la vida del producto y promover el reciclaje o biodegradabilidad de los productos y residuos, ofreciendo el desarrollo de productos informáticos ecológicos y promoviendo el reciclaje computacional.
El software verde es aquel que consume menos recursos de hardware, pero sin penalizar la experiencia del usuario. Se trata de apostar por soluciones amigables medioambientalmente hablando. ¿Estamos preparados?
Entre las medidas para ser una organización que coopera desde el Green IT, destaca el aplicar una buena evaluación de aliados, es decir, mantener la relación de compra con marcas y compañías que ya se hayan vuelto más ecológicas. Además de identificar si este realiza programas de reciclaje, participar de ellos y confirmar si tiene un compromiso con la prevención de la deforestación.
Marcas como HPE, HP Inc., Apple, Microsoft entre otras ya están incluyendo productos ambientalmente responsables, realizando acciones para disminuir el impacto de sus tecnologías.
Al igual que ejecutar alianzas con proveedores de tecnología que incluyen en su operación medidas en pro del ambiente, las organizaciones también pueden sumarse al cambio aplicando prácticas a lo interno que permitan contribuir con la reducción de la huella de carbono.
Adquirir equipos que sean eficientes y no consuman mucho recurso eléctrico, usar artículos que se puedan reutilizar y que sean producidos con material reciclado, instalar fuentes energéticas renovables para alimentar sus equipos, apagar los equipos que no se estén utilizando y digitalizar procesos para reducir el consumo de papel, pueden ayudar en la generación de un impacto positivo.
El caso CMA
Un ejemplo claro de una empresa de la industria de IT comprometido con el ambiente es CMA, quien desde hace 10 años adquirió un terreno llamado “Finca Narnia” que hoy es un sumidero de carbono, que protege el recurso hídrico de la microcuenca del Río Torres el cual abastece el 25% del agua que se consume en la capital, y conserva la biodiversidad del corredor biológico.
Las 10 hectáreas antes estaban dedicadas al cultivo de helechos para exportación y había muy poca flora y fauna, pero actualmente posee más de 8000 mil árboles que se han sembrado con el fin de estimular la regeneración del bosque.
“Esfuerzos como estos nos permite confirmar que hemos superado nuestra huella en un 500% y además beneficiar a nuestros clientes. Hacemos un llamado para que más empresas costarricenses se sumen a ser empresas sostenibles que incorporen en sus estrategias y objetivos empresariales acciones para cuidar el medio ambiente”, comentó Julio Castilla, Gerente general de CMA.